Desde tierras porteñas Adelaida ha logrado crearse un reconocimiento particular en base a un sonido pesado que permanecía bajo perfil hasta el día de hoy, siendo que su música ha logrado atravesar la cordillera y llegar a piso norteamericano destacando en festivales y producción musical en estudio creando una esencia de “fama” que hasta la fecha de hoy los mismos miembros no esperaban. Habiendo lanzado su más reciente disco “Madre Culebra” tuvimos la oportunidad de conversar con su baterista Gabriel Holzapfel conocido en la escena musical como “Lele”, el cual nos saco de dudas las inquietudes sobre el futuro de la banda y nos dió su opinión sobre la actual escena musical chilena.
Sabiendo sobre su jornada en EE.UU con el afamado productor Jack Endino (célebre por su trabajo con Nirvana) ¿Cómo ven esta oportunidad de potenciarse musicalmente? Esto en referencia a bandas emergentes chilenas que quieren llegar lejos y lograr hacerse conocidas.
Toda oportunidad es bien recibida, obviamente. Ahora si la intención es “hacerse conocido” está todo mal. La idea es hacer música y que la cosa avance hacia la calidad y la honestidad con uno mismo. EL resto viene por añadidura, como consecuencia. Si a la gente le gusta tu trabajo y los resultados son buenos las cosas se van encaminando solas. Pero hay que partir por eso: música.
Las radios muchas veces se enfocan en mostrar música chilena con popularidad detrás, pero en la mayoría de los casos son sonidos con trayectoria. Enfocándonos en la escena musical porteña ¿Cómo han logrado masificarse nacionalmente? ¿Y qué colegas suyos han logrado meterse en el medio musical de manera exitosa?
Hemos trabajado sin parar durante 5 años. Nunca hemos perdido la fe en nuestro proyecto y de alguna manera esa energía ha decantado en todo lo bueno que nos ha pasado en los ultimos dos años, incluyendo la “masificación” de nuestra música. Pero es un trabajo largo, con momentos duros y todo. El tema de la masificación se ha articulado bien gracias a las redes sociales, porque como dices tú, las radios dan tribuna mayoritariamente a grupos que ya están posicionados. Llegar ahí implica tener un camino recorrido, y es lógico, si al final para que estamos con cosas: no siempre las bandas emergentes suenan bien y las radios manejan estandares de calidad que nos guste o no ya están más que definidos. Creemos que no hay que andar haciendo música para la radio ni preocuparse de eso. Uno tiene que preocuparse de encontrar un sonido propio y tratar de entender que se pretende con lo que uno hace.
¿Colegas que han entrado al medio musical? Eso puede ser bien amplio porque el medio musical abarca muchos aspectos. En general muchos amigos músicos están trabajando de una u otra forma en el medio. No se es relativo. Yo antes tocaba con Camila Moreno. Ella si que ha cosechado un éxito mediático. Pero también podemos hablar de The Ganjas, Protistas, Magaly Fields. Exitoso es un concepto ambiguo. Para mi Umbria en Kalafate (banda local) es todo un éxito a pesar de que no son parte de la parrilla de ninguna radio mainstream. A nosotros nos marcaron y nos impulsaron a creer con más fuerza en nuestro proyecto. Eso es exitoso.
Habiendo lanzado Madre Culebra y teniendo en cuenta la buena acogida de las críticas ¿Están en busca de algúna nueva propuesta musical? Y siendo así ¿Les gustaría expandirse nacionalmente o en el extranjero?
Siempre estamos abiertos a nuevas músicas y a ampliar nuestra propia propuesta. Ya tenemos montón de temas nuevos que estamos puliendo para una futura producción. Nos gustaría compartir nuestros trabajo con la mayor cantidad de gente posible.
La identidad chilena en la música se ha ido formando en largos pasos ¿Ustedes como referentes musicales sienten que están logrando mostrar un producto único y novedoso?
Para nada. Lo que hacemos no es nada nuevo y se parece a muchas cosas. La identidad no tiene nada que ver con lo novedoso ni con algo ligado a la originalidad. Eso ya no existe. Tampoco buscamos eso. Sería ridiculo pensar en vanagloriarse de ser cultores de algo nuevo, único. Esa pretensión mata la música y la transforma en ego. La identidad tiene que ver con la honestidad y las influencias y en ese sentido podríamos decir que hemos impulsado un trabajo forjado desde lo íntimo, con humildad y altura de miras, sabiendo escucharnos entre nosotros y respetando las ideas de cada uno. El resultado de eso es la música que hacemos, pero como te decíamos, de novedoso y único no tiene nada. El rock alternativo y el indie rock circula hace mucho rato por el mundo.
¿Qué le recomendaría a todos los grupos que están sueltos por ahí en busca de fama o reconocimiento?
Que no sean imbéciles. Que la fama es un boludez cuando uno la anda buscando. El exitismo es una enfermedad que tiene al país y al mundo remando para el otro lado y eso pasa la cuenta: es pura superficialidad y pose. Todos esos grupos que están más preocupados de ser artístas que de hacer arte deberían dar un paso al lado y dejar espacio a propuestas más interesantes y con más méritos.
Su sonido en las canciones siempre muestran influencias claras de bandas grunge de los 90s o incluso bandas más actuales. ¿Ha habido alguna influencia en el último tiempo de la cual estén adquiriendo algo?
Siempre. La influencia es la base y puede ser de cualquier ámbito. Las películas influencian. Los libros, los dias, los ánimos. Pero llevandolo exclusivamente a lo musical, en el último tiempo yo creo andamos medios pegados con bandas bien distintas a lo que hacemos. En general escuchamos cosas distintas a lo que tocamos. Te lanzo tres: Os Mutantes, Iggy Pop y Holy Wave.
“Madre Culebra” es un título oscuro y con tintes de agresividad esta también reflejada en su música ¿Cuál es la inspiración principal de sus letras y sonidos?
En general el día a día. No tenemos letras muy pretensiosas. Tratamos de hablar de lo que nos pasa en la vida, cuando estamos contentos, o cuando la inestabilidad no te deja dormir. Frstraciónes y rabias o esperanzas y nostalgias. En verdad, a la hora de hacer letras miramos para adentro y escribimos de la forma más amplia posible. Nos gusta la idea de ampliar el lenguaje sin darle un tono épico innesesario. Somos gente normal hablando de cosas cotidianas.
Por Pablo Rebolledo Bañados
Fotos:Carlos Molina