Al igual que los tiempos cambian, sus narrativas también van tomando formas de acuerdo a su debido contexto. De alguna manera las falsedades de una vida idealista donde los conflictos no existen y reina una paz son simplemente narrativas que se derrumban.
Tal vez cuando Tim Burton tuvo la idea de llevar su visión gótica e irónica de Batman Returns (1992)- con Michael Keaton como el justiciero, Michelle Pfeifer como Gatubela y un grotesco Danny Devito como el Pingüino- pues se creó un contraste con toda la fantasiosa odisea americana que fueron los 80s para el cine norteamericano, ahora exaltando actitudes adultas y menos familiares. Más de algún conservador o padres se sintieron pasados a llevar por esta representación no acorde a sus valores.
Y así podríamos seguir ejemplificando con el enorme trabajo artístico y cinematográfico que logró Christopher Nolan con su trilogía del Caballero de la Noche, demostrando en 2008 que una película de superhéroes podría tener un valor mucho más transcendental e importante que simples piruetas, giros predecibles y escenas espectaculares realizadas por computadora (Batman: The Dark Knight).
Es así mismo que Matt Reeves- luego de un extenso currículum de películas destacadas como la trilogía del origen del Planeta de los Simios o la pieza de culto found footage de Cloverfield- quiso desplegar una mirada pesimista y totalmente brutal de este comic que hasta el día de hoy sigue siendo una fuente de inspiración para describir la decadencia de la sociedad en diferentes factores.
De por sí, toda esta película se toma en serio desde el principio con su propuesta de misterio detectivesco desnudando los escenarios más sanguinarios y densos posibles, no por algo el tener a El Acertijo como principal villano de este film crea desesperación. La actuación de Paul Dano de este encriptado personaje nos muestra el cómo un individuo en un entorno donde todo está ensuciado por la corrupción y abandonado socialmente, termina desencadenando en los asesinatos de los personajes políticos más importantes de Ciudad Gótica.
Un cansado y depresivo Bruce Wayne- interpretado destacadamente por Robert Pattinson- trata de juntar todas las partes posibles de los acertijos que este villano meticuloso va dejando con cada víctima. Eso lo mantiene encontrándose con su pasado, también descubriendo detalles de su familia que impactan notablemente la trama y un equipo de trabajo que es el menos confiable para este caso importante. Con cada respuesta encontrada, se devela lo profundamente hundida que está Gótica de surgir de su infernal desigualdad y crimen organizado, convirtiéndola en una misión imposible.
Todos los factores se convierten en el desenlace de una trama que tiene una complejidad enorme, tomando su duración de tres horas para darle en el objetivo con la real temática: la corrupción política y sistemática, y la creación de personajes que quieren ser parte del problema, como también opuestos a este. En este caso, el juego de seducción y peligro que significa Gatubela- interpretada por Zoë Kravitz- logra utilizar su carisma para jugar de mediadora, en un conflicto donde buenos y malos juegan al azar sin preocupación, y donde uno de los mayores líderes de esta organización criminal, El Pingüino- enorme interpretación de Colin Farrell- oculta cosas dentro uno de sus antros, donde políticos y gente de la policía frecuentan en busca de bohemia y drogas.
El realismo establecido permite que el trabajo de fotografía y dirección de arte sea uno de los detalles que más destacan la decadencia presente en los alrededores de esta ciudad sucumbida por el abandono. En ese caso, el trabajo en equipo del Comisionado Gordon (Jeffrey Wright) con el justiciero crea una amistad que pretende sostenerse a pesar de las dificultades, donde los crímenes que ocurren y el desarrollo de este hacen que la policía rechace la presencia de Batman en estos lados. La iluminación solo muestra colores oscuros y morados, nada es tan brillante y lo que puede ser una luz en un camino es anaranjado con sus matices, dejando solo un poco de brillantez entrar para descansar un rato de la violencia.
En el fondo, la sensación permanente es la desesperanza contrastando con la filosofía y pensamientos de sus protagonistas, haciendo que el espectador esté atento para convertirse en un involucrado más, y sentirse incluido en la problemática. También esto se acompaña de escenas de gran reflexión, donde todo es visual e interpretativo al ojo de la persona que lo vea, también regalando de las mejores escenas de acción vistas en este tipo de película. En cortas palabras, se premia la paciencia de manera enorme.
Nos preguntamos realmente ¿Cuál es la gracia de seguir viendo películas de Batman distintas? Acá nunca ha primado un fan service para complacer a los fans o acción de computadora fantástica, siempre ha sido el qué hará el villano de turno para hacerle la vida imposible a los ciudadanos de Ciudad Gótica, y cuál será la manera peligrosa con la que lo hará. Y si vemos todo de ese foco, no existe película de Batman donde el plan del villano no sea grandilocuente y con un mensaje potente como antagonista, desglosando que mente malvada es la que está batallando contra el murciélago.
El enfoque nirvanero que toma esta nueva versión se destaca por respetar la fuente de inspiración que desarrolló a este nuevo Bruce Wayne, basándose en la vida de Kurt Cobain, y tomando “Something in the Way” un himno dentro de su obra. El millonario no está concentrado en sus lujos o superficialidades, sino que está batallando una depresión que se extiende en toda la ciudad, de la cual el termina siendo de los principales afectados.
Robert Pattinson con los ojos delineados no solo es algo estético, de alguna manera esas arrugas cansadas las tapa, dejando entrever que no importa si es aún joven, toda su vida la ha estado enfrentando al crimen organizado, y eso mismo Alfred (Andy Serkis) se lo hace saber en su corta pero significante participación. Es la historia de la responsabilidad sobrepasando lo físico y mental, y del deterioro que deja esto en la salud mental de muchas personas.
The Batman cumple con todas esas grandiosidades que convierten la ida al cine en una experiencia sorprendente con todas sus herramientas. Desde el comienzo te sumerges en una narrativa detallista y totalmente oscura, donde nada se percibe positivo y sino más bien como una cruda ventana que describe como desde el privilegio todo se corromperá. En el fondo los que siempre terminan sufriendo son los más empobrecidos, mientras otros se dan lujos.
Por Pablo Rebolledo Bañados.