Trinchera

Tras cuatro años, los argentinos están de regreso con “Trinchera”, producción que se grabó entre el 2020 y 2021 en los estudios Juno de Buenos Aires. El disco de Babasónicos es el sucesor de “Discutible” (2018), es el 13vo álbum de estudio de su extensa trayectoria. Los adelantos corrieron por cuenta de los singles ‘La izquierda de la noche’ y ‘Bye Bye’.

La nueva obra no es un trabajo explosivo, de alto perfil, sino que marca la diferencia gracias a unas líricas de nivel, además de una producción cuidada. Adrián Dargelos deja en claro que sigue con una buena energía que se refleja en esas letras brillantes junto a una susurrante manera de cantar que resulta algo particular.

“Trinchera” propone un refugio del actual mundo, un paraíso etéreo donde la banda argentina despliega todo su arte en un manifiesto de once canciones que combinan deseo, mitología, conciencia, existencialismo y banalidad.

El material se gestó en Juno de Buenos Aires, fue grabado y mezclado por Gustavo Iglesias, masterizado por Greg Calbi junto a Steve Fallone en Sterling Sound.

Comienza con ‘Mimos son mimos’, parece sentar las bases de un trip noctámbulo, algo simple, pero con un ritmo que da gusto escuchar. La hermandad rítmica se mantiene con ‘Paradoja’ se extiende la idea de bailar y disfrutar entre ambos temas. ‘Vacío’ es suave, lineal, aunque tiene elegancia.

Voces sampleadas, historia y un beat, ‘Anubis’ evoca al dios egipcio encargado de llevar a los muertos ante Osiris, mientras la voz de Dárgelos parece estar en modo aleatorio. La poesía nocturna y el placer que se produce en ella, ‘La izquierda de la noche’, una declaración abierta de lo que causa el sabor artificial de todo eso que solo se presenta en la oscuridad.

Una canción de cuna, tierna y melódica, ‘Madera ideológica’, una de las pocas tocadas por un glockenspiel junto a unas cuerdas emuladas, hasta que aparece el sonido de lluvia que borra el clímax. ‘Viento y marea’ es un reflejo de sus treinta años de carrera, por su actitud babasónica en su letra.

La obra da su final con ‘Capital afectivo’ junto a Lujo’, son unas piezas tranquilas, contextualizadas por los sintetizadores que desarrollan un suspenso de menor a mayor.

“Trinchera” es un disco diferente, extraño, experimental, algo sutil en el término de sus expresiones, aunque, tiene lo clásico de Babasónicos, el imaginario habitual de Dárgelos, sonidos pop, la invitación al bailar y esa mítica aura. 

 Por Fernanda Schell