Peaky Blinders, Temporada 6: “Cargando con el peso de una mano mortal”

Thomas Shelby se ve atrapado entre la niebla de sus espantos y miedos, parece que esos mismos los observa implacable sabiendo que algo en él está terminando con su vida, con sus planes, pero más importante, con sus emociones.

La llegada del fascismo y del nacional socialismo consecuentemente aún lo mantiene errático y nublado de las decisiones poco meditadas que tomó para aliarse al bando contrario- y enemigo en su caso- para conseguir cambiar al mundo. Irremediable paso, el cual solamente aguanta cada pisoteada de su principal contrincante, Oswald Mosley lo tiene amarrado en distintas dimensiones, donde cualquier movimiento justifica los medios, y donde la ambición lo comienza a transformar en un personaje peligroso.

Constantemente desde el primer capitulo de esta temporada- la última que será televisada debido a la venida de una película larga-duración que cerrará el ciclo- los espectadores se adentran en un tipo de narrativa psicológica y totalmente emocional. Hay demasiadas señales que juegan con lo real y fantasioso, tomas de cámara que se tuercen para demostrar que todo está a punto de caer, y decisiones complejas que desnudan el alma de su protagonista, para así exhibir sus debilidades más grandes.

No estamos ante un final típico donde la familia Shelby se para con gloria y poder, totalmente todos los capítulos van abrazando el duelo y la partida de personajes importantes de las decisiones de su negocio. Ahora una oportunidad económica es vista como un comodín de un reinado que está pronto a caer, y que realmente ya encontró su límite, alargando la historia debido a que para la mente estratega de Thomas hasta para la inminente muerte debe planear y no dejar nada suelto.

Su mano mortal ya no es efectiva, las consecuencias tocan su puerta y le recuerdan que siempre hay una primera vez donde fallar. No lo acepta, lo evita, pero en el fondo de un hogar quemándose con sus memorias y falla, existe la real forma de sus intenciones, solamente que queriendo escapar, las prende para no acercarse. El fuego simplemente avanza y no lamenta. 

Con un final abierto que encuentra una reconciliación interna de su protagonista, este último recorrido de Thomas da antesala a lo que será el desenlace final que se llevará en una película larga-duración. Esta última temporada televisiva demuestra lo versátil, bien escrito y dirigido que ha sido este camino hacia la caída, pero que ha logrado mantener su calidad en música y dirección con grandes méritos. 

Por Pablo Rebolledo Bañados