Bojack Horseman, Temporada 6 (final) Parte 2: “¿Felicidad a que costo?

Exclusiva de Netflix

Mié 15 abril, 2020 - Diego Montanari
Etiquetas: Bojack Horseman Netflix Pablo Rebolledo Bañados

 

 

Estás en una fiesta, sabes que durante la semana todo fue duro, te quedaste dormido hasta la madrugada por un trabajo (sea de la universidad o profesional) con tal de estar ganando el máximo y demostrar tu talento. Tal vez, en otro caso hipotético, tu mente deambuló días enteros, solamente para hacerte dudar más y empezar a crearte más inseguridades, pero es ahí, entre ese cocktail de problemas psicológicos, en donde la adicción más dañina hace su fisura más fuerte: él buscar la aceptación de todos, y de alguna manera la de uno mismo. “He donado tal cantidad de dinero para ayudar a la pobreza” dice el hombre asalariado que va una vez al año a un Techo para Chile para combatir la pobreza. “El otro día saludé a un extranjero, me pidió la dirección para llegar a un lugar y fui amable” dice orgullosa la chica que aún no ve el mundo con total visión, y es así mismo como esta última parte de Bojack Horseman va creándote una idea compleja, pero que nos agobia. ¿Buscar la felicidad es ser egoísta?

La segunda parte de esta última temporada tomó el discurso plasmado en 6 temporadas, dándoles una releída que, durante el resto de su culminación, es realmente una de las maneras más sinceras de poder terminar una historia que en su desarrollo, no tiene- y no debería- ser una conclusión feliz. De alguna manera, Bojack, de manera omnisciente, nos quiso abrir su vida, sus vicios, sus demonios del pasado, para que el televidente no las replicara. Y dentro de los ingeniosos episodios filosóficos del hombre caballo, pues cabe un cuestionamiento que era esperado por muchos, y que se anunciando cada vez todo se vuelve más oscuro. Entonces ¿Querer el final más abrupto y doloroso, o tal vez, la redención, nos hace egoístas? El personaje nos ha servido en bandeja lenta, él como su pasado fue convirtiéndose en una condena de la cual es difícil romper, y que pedirle de repente más detalles, más momentos y revelaciones pues es pedirle al protagonista que se desangre bajo nuestra inconsciente curiosidad.

Esta temporada, si lo definimos, es el final preciso y perfecto para una tragedia que fue abriéndonos su historial y diario de vida para poder darnos cuenta, que dentro de un mundo superficial como lo es el de Hollywoo, simplemente nos hace perder el foco de donde la felicidad está realmente; en la realización personal. Y esa virtud no será televisada, no será escrita por la prensa más amarilla, y tampoco será algo que la gente se dará cuenta. Cuando ese descubrimiento es interno, nadie se dará cuenta más que uno y es ahí en donde la serie termina con broche de oro. En la realización de que la felicidad es un concepto que con cada época ha ido mutando hacia sus niveles más superficiales, como también ha sido puesta de lado por ser una idea utópica. ¿Qué buscamos realmente? ¿Yo ayudó al prójimo porque quiero atención o porque es correcto? Lo hermoso, es que hay un giro de 360 grados, con un gusto a que podría ser un puente para un cambio de 180 grados. La historia de nuestro caballo animado favorito terminó, y en muy buena nota.

 

Por Pablo Rebolledo Bañados.

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