Bojack Horseman, Temporada 6 part 1: “En la infinidad, se crean los problemas”

Otro hit de Netflix

Jue 05 diciembre, 2019 - Diego Montanari
Etiquetas: Bojack Horseman Netflix Pablo Rebolledo Bañados

 

 

Una gran mayoría de fanáticos no lo pudo creer en el anuncio, el fin de una de las series animadas más galardonadas y respetadas de Netflix anunció su fin con una sexta temporada. Bojack Horseman, el caballo actor menos disciplinado de Hollywoo (así nombrado en la serie) logró encontrar un camino hacía su pacto con la redención y su racha deshonrosa de bochornos sexuales, vicios y montón de problemas personales, esto dentro de la rehabilitación. Así, la sentencia de que una sexta temporada iba a ser la última, y está dividida en dos partes, trajo consigo un abanico de ideas creativas la cual en este tramo la serie logró captar de manera brillante y compleja.

Primero, partiendo en base de que esta primera parte planea darle más finales a los personajes complementarios en la vida de Bojack, se dio un giro más psicológico en torno a princess Carolyn, Diane, Mr. Peanutbutter y Todd. Se nota que el foco de darles una propia serie, a cada uno en sus respectivos capítulos fue necesario. Más aún cuando en la temporada anterior, el protagonista nos soltó su mejor confesión/stand up/funeral como uno de los mejores ejemplos de resumir la tragedia cómica de una vida ligada a la poca empatía paternal y el excesivo consumo producido por la inseguridad impuesta desde el primer sorbo temprano. Dan entender, que estas dos partes tendrán un sentido macro y micro, en el caso de esta, los personajes fueron desarrollando cada vez más sus inquietudes y lazos personales.

Otras temáticas abordadas en esta primera parte van justo de la mano con una situación que hoy en día tiene mucho poder en Latinoamérica: la desobediencia civil y los medios/empresas que compran todo para no tener competencia. Hay una explicación perversa/tierna sobre el oligopolio que es tenebrosa, pero sencilla para explicar el cómo los poderosos se encargan de encubrir todo, teniendo pocos compradores. También en un sentido muy humorístico y ridículo, se ve representada la eficiencia de cómo millones de trabajadores que dejan sus empleos en protesta, puede causar la desestabilización de un sistema. De a poco, las respuestas hacia un renacimiento se convierten en mentiras, al igual que toda la perfección que la famosa ciudad de Hollywoo se sobre esfuerza en mostrar.

La serie va profundizando en como el camino hacia la rehabilitación, también es un descuido de parte de quienes lo solicitan como un escape, y no una real solución. Donde en la búsqueda de la verdad, las percepciones van cuestionando respecto de este, más que una solución definitiva a un hábito que dentro de los cánones de la industria farandulera, ha sido foco para mostrar el peor lado de algún actor o actriz.

El entrar, no necesariamente es el final.  El salir, es indirectamente proporcional con borrar el historial de una estrella viviendo de los excesos a base de su egocentrismo.

 

 

¿La redención total y un final cómodo? Al principio daba la espina de que la primera etapa de esta nueva temporada iba a saciar con algo políticamente correcto, o con hacer que la empatía con ciertos personajes terminase en algo ideal y bonito. Muchos momentos logran ese mismo impacto, y al momento, uno como espectador podría quedar insatisfecho con ver algo feliz. Pero las circunstancias, las huellas borradas con alcohol en esa profunda galaxia que se ve en cada vaso, como símbolo de un fondo hacía el abismo, se vuelve la gran metáfora de acciones que tendrán repercusión de manera negativa en el futuro.  Los creadores y guionistas muestran un respeto enorme a sus hechos, y a los que una espiral se convierte, en un ciclo que vuelve siempre a su origen.

El cliffhanger del final nos acerca a algo más cercano a la realidad inestable con la cual todos sus personajes han tenido que convivir. No es tanto el nihilismo y l existencialismo, sino, el afrontar la realidad como es. Sexta temporada, y estos primeros 8 episodios mantienen el excelente equilibrio de su humor absurdo con su mundo, guiones y episodios muy bien elaborados. Innovadores, y con sus eternos guiños a la cultura popular. Pero al parecer, esta será la gota que rebalse el vaso galáctico el cual tanto trata de evitar nuestro querido (y destruido) caballo-actor.

Por Pablo Rebolledo Bañados

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