Concrete and Gold

Foo Fighters

Mié 27 septiembre, 2017 - Diego Montanari
Etiquetas: Concrete And Gold Foo Fighters Pablo Rebolledo Bañados

Pareciera ayer que Foo Fighters formaba parte de nuestras vidas con destacados discos y otorgando un nuevo aire al rock moderno. Ha pasado de todo en el transcurso, con cambios constantes de algunos integrantes, y la visión musical de Dave Grohl fijando horizonte hacía lugares más populares. 8 trabajos en estudio que han llenado de energía, inspiración, calidad y entregado los riffs más ruidosos de este nuevo milenio. ¿Qué se puede esperar de su noveno trabajo? El día de hoy les vengo a dar mi opinión sobre Concrete and Gold, un álbum que valida todo lo hecho por la banda durante los últimos años, y sin ganas de querer cambiar esa postura creativa.

T-Shirt comienza con la voz armoniosa de Dave Grohl en formato acústico, expresando su deseo de sencillez y visión del mundo. Yo no quiere ser rey/ solo quiero cantar una canción de amor/ Yo no quiero ser reina/ solo quiero mantener mi camiseta limpia, dicha estas palabras estalla un épico break con coros secundarios, que llegan a convertirse en la manifestación dramática que da inicio al disco.

En una transición con Run, entre ambientes emotivos y los primeros pasos de bateria de Taylor Hawkins, se puede interpretar este tema como el descubrimiento de una revolución, y en la parte lírica se trata de demostrar este pensamiento en sus pegadizos coros. Despierta/ Corre por tu vida conmigo/ En otra vida perfecta/ En otra luz perfecta, insinuaciones sobre no dejarse reprimir por el opresor en forma de versos. La canción realmente toma una fuerza imparable con un bombo rápido y una guitarra que va al ritmo de un peso hipnotizante. El track tiene alma propia, y vibra como una composición entretenida y agresiva, con los riffs armando la canción.

Al ritmo de un hi-hat apresurado, y la actitud de las cuerdas, Make It Right entra con toda la rudeza de Grohl poniendo garra en la voz, demostrando su enojo y poderío con los raspados, esto en una vibra clásica de rock. La canción usa recursos sintéticos en algunas partes, por ejemplo en uno de los redobles de batería finales, en donde se puede escuchar una duplicación del ritmo en forma de ola.

The Sky Is A Neighbourhood captura un sonido revival guiado de los setentero del caso, eso presente en acordes más relacionados con el blues, y el coro compuesto por Hawkins (baterista) y Alison Mosshart que hacen un buen trabajo con influencias más negras de la música. La Dee Da toma un cambio instantáneo en la corrida, con la distorsión del bajo entregando una sensación garage y primitiva en su ejecución, y la velocidad stoner acumulada de los screams de Grohl.

Dirty Water es una rareza, sonando como una bossa nova fluida, pero con una sensación de melancolía que con las coristas logran una mezcla sublime, la cual más adelante toma un giro mucho más pesado, con sintetizadores engrandeciendo los punteos de la guitarra. Happy Ever After (Zero Hour) llega a ser esa canción de desilusión, llevada de arpegios más sureños, y una paz que es parte de la melodía en el break instrumental, con un solo más blueseros.

Sunday Rain le da la oportunidad a Taylor Hawkins de tomar el mando en el micrófono, siendo el encargado de interpretar la canción con su voz más gastada, en una vibra más reggae pero con su formula rockera intacta. Concrete and Gold entrega un final desolador y oscuro, con características industriales de inicio a fin, y de manera misteriosa.

Foo Fighters ha mostrado una fórmula que ha envejecido bien, pero que no cederá por mucho tiempo. Desde Wasting Light (El cual debe ser su mejor disco fijo) se han dedicado a igualar esa grandeza, y replicarla de diferentes maneras en sus canciones. El grupo de Dave Grohl ya llegó a su punto alto hace mucho tiempo ¿Por qué pedirles más? A eso hay que estar agradecidos de que el legendario ex miembro de Nirvana aún está inspirado, y haciendo las cosas por amor. Es un poco de lo mismo, pero con la misma dedicación de siempre.

Pablo Rebolledo Bañados