Había una espera llena de adolescentes, adultos y niños haciendo la eterna […]
Mié 10 mayo, 2017 - Diego Montanari
Había una espera llena de adolescentes, adultos y niños haciendo la eterna fila que albergaban las entradas del Movistar Arena, a la expectativa de una presentación que venía a exaltar con experiencias, vivencias y nostalgia frente al grupo que alguna vez desató penas con canciones llenas de fuerza, innovando en la industria del nuevo milenio con su nu-metal en la cúspide del género. Linkin Park regresaba a nuestro país dentro de un marco importante para ellos, siendo la venida de lo que será su próximo disco de estudio, “One More Light”, en el cual algunos singles lanzados en semanas anteriores han sido foco de críticas mixtas, esto frente a la postura musical que la banda quiere tomar, alejándose de sus raíces pesadas.
Pasado las 9 de la noche se empezó a escuchar de fondo la canción Fallout/Roads Untraveled, la cual hace unos días atrás había hecho su debut en vivo, incentivando la llegada del grupo al escenario. Las luces se apagaban, y un tranquilo Joe Hahn se asomaba con su cámara para dejar guardado un recuerdo del inicio de esa noche, que satisfecho con un registro en su aparato, se sumo el resto de la agrupación a motivar a todo el recinto, tomando su trono en el tocadiscos. Chester Bennington con vestimenta negra total, Mike Shinoda detrás del sintetizador, Brad Delson con yeso en su pierna izquierda y sus audífonos equipados para rockear con su guitarra, y David Ferrel y Rob Bourdon preparados para darle vida a esas canciones que marcaron a una generación entera.
Todo esto comenzó con “Talking to Myself”, que hizo su primera aparición en el Maximus Festival en Argentina, siendo que en estos próximos días el material del nuevo disco va a ser mostrado en toda la gira. El tema muestra un poco más de guitarras y energía que en sus singles anteriores, los cuales fueron “Heavy” y “Battle Symphony”. Al son de las palmas, Chester empieza a mostrar dominio de su registro vocal parado sobre los parlantes, y observando a su gente. Del disco “Living Things”, las sonatas electrónicas de “Burn It Down” incentivaron al los primeros saltos masivos en la cancha, sabiéndose cada letra de la canción (eso mismo ocurrió con el primero, a pesar de ser nuevo). Siguiendo con “Wastelands” de “The Hunting Party” (2014) se inicio una corrida más pesada de temas, en donde el momento dramático que cimentó los primeros mosh pits se dio con una simple nota tocada por Shinoda. Una simple nota que todos sabemos de qué disco y año son provenientes. “One Step Closer” fue el primer clásico del “Hybrid Theory en ser tocado, cuando la calidad de los sonidistas no podía ser mejor, llegan acá para reventar el recinto con toda la furia y desgarro de la canción. Chester simplemente con garra en sus gritos realizados excelentemente mientras Mike y Brad motivaban al público más de lo que estaba.
Volviendo a los nuevos temas, “Battle Symphony” fue tocada igualmente, con sus seguidores sabiendo cada verso, y volvíamos a la época de Transformers con “New Divide”, que sonó con todos sus efectos. “Breaking The Habit” fue el hincapié para dar paso al repertorio de Meteora, cuando los compases rápidos y ambientes anunciaban un karaoke masivo. Mientras todos disfrutaban de un espectáculo completo, sonaban los icónicos teclados de “In The End”, en donde la gente sabía que la misión principal era superar al coro solista que hubo en Argentina hace unos días atrás. “Start with”, y desde ahí el Movistar se llenó de un eco que rapeó con toda su pasión, no de la misma longitud (debido a que Shinoda decidió cortar antes del coro de la canción), para que las almas presentes revivieran sus pasajes, memorias y sufrimiento frente a los principales responsables de esas sensaciones. Fue hermoso cantar una de esas melodías que acompañan una vida entera. “Faint” venía a rematar esa emoción, y seguir llenando de himnos este setlist.
Esta jornada terminó con “Numb”, “Papercut” y “Bleed It Out”, sellando esta nueva visita con una calidad transmitida con sufrimiento. Linkin Park es una banda la cual conocimos como un grupo de personas que plasmaban el enojo, la agonía y la depresión en la mayoría de sus temáticas, cosa que a la mayoría de sus seguidores los pilló en la adolescencia. Ayer vimos a una banda que ha sabido transformar esas emociones con un sonido excelente combinado de un espectáculo en vivo impresionante, demostrando que desde hace mucho tiempo que estos chicos se han ganado el puesto que tienen. Fue sublime, temerario, fue explosivo.
Pablo Rebolledo Bañados.
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