Iggy Pop
Mar 08 marzo, 2016 - Diego Montanari
Iggy Pop había demostrado el año 2009 que la experimentación e investigación musical son cosas de las cuales nunca hay que despegarse (fracase o no). El disco de esa fecha “Preliminaires” destacaba por el área musical predominante el cual era el jazz, y esto en un trabajo que mostraba un lado totalmente opuesto al que el veterano del rock está acostumbrado. Habían pasado 7 años sin saber si “La Iguana” habría vuelto al estudio, hasta que nos sorprendió con una tremenda noticia. Reclutando a Josh Homme (Vocalista y guitarrista de Queens Of The Stone Age), Matt Helders (Baterista de Artic Monkeys) y Dean Fortita (Bajista de QOTSA y The Dead Weather) el legendario cantante nos trae “Post Pop Depression” el cual es un regreso sutil a sus raíces pero esto de la mano del talento joven del rock de hoy.
Musicalmente el álbum tiene esencias oscuras de las cuales nosotros reconocíamos anteriormente en el trabajo de Iggy, y eso también sin olvidar la particular sensualidad que este demostraba en sus canciones en la cual acá está presente pero con protagonismo del lado de la esencia Homme el cual es un experto en la materia igualmente. La esencia rockera se encuentra de parte de los norteamericanos Josh y Dean, mientras que la técnica en la batería la obtiene el británico Matt Helders , el cual ha demostrado su habilidad en la batería en el último tiempo.
La lírica es algo que siempre tiene que ser analizado, y observando los inicios glam masoquistas de Pop, acá se puede mostrar poesía bizarra pero que funciona con lo que quiere transmitir. “Gardenia” el cual es el segundo track claramente trata de una oda hacía una prostituta de la cual alguna persona se enamoró pero sabiendo las consecuencias de este. “Sunday” muestra que la mezcla Pop – QOSTA- Artic Monkeys es una cosa que se complementa perfectamente y que alguna vez tenía que ser preparado para encontrarse. El resto de los temas destaca por eso mismo. El encuentro de dos décadas en las cuales en la unión hicieron revivir las raíces extintas del rock para dar a luz un trabajo que vale la pena escucharlo (Se dijo por el mismo cantante que podría ser el último de su carrera).
Las colaboraciones son esenciales aquí. Si no fuera por eso se pensaría que es otro intento de lograr un sonido nuevo, pero claramente puede tratarse de un adiós, pero hecho con cariño. Los ambientes que se forman en canciones como “Vulture” o “Paraguay” son sacadas del cementerio musical y definen que el plazo del rock no existe.
De llegar a ser un adiós a su carrera, no se puede negar que sorprendió en esta ocasión demostrando que la edad o la trayectoria no es necesidad de parar de buscar nuevos caminos. Una propuesta musical elegante y a la vez extraña, pero que logra enganchar desde el comienzo. Es aquí cuando “La Iguana” conoce el rock alternativo. Aquí se sabe que el rock no morirá por mucho tiempo.
Pablo Rebolledo
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