Los vikingos más reales
Lun 20 junio, 2022 - Diego MontanariSi hay algo que destacar de la década pasada, pues habría muchos méritos dentro de lo que se denomina arte respecta. En el cine, Robert Eggers rompió con lo convencional con su dirección y enfoque psicológico, agregando detalles sacados de la mitología griega, con desvíos visuales y exaltando los oscuros como una paleta constante, en una mezcla de estilos muy atractiva.
Después del gran reconocimiento que recibió con “The Witch” (2015)- al mostrarle al mundo del cine arte independiente la existencia del talento innato de Anya Taylor-Joy en pantalla grande- decidió subir el escalón en inmersión y casting, al lograr la excelente y densísima “The Lighthouse”, grabada totalmente en blanco y negro, sacándole jugo a la intensa dupla de Willem Dafoe y Robert Pattinson, masacrándose a palabras e insultos. La crítica amó esta perspectiva loca de la soledad y el encierro, catapultando a Pattinson hacía una carrera más consolidada, desenterrando la locura oscura de Dafoe como actor y definiendo a Eggers como un genio actual del cine de terror moderno.
Cuando el anuncio de “The Northman” se dio, lo que más llamó la atención fue el espectacular reparto que iba a tener. Alexander Skargärd, Nicole Kidman, Bjórk, Anya Taylor-Joy, Willem Dafoe y a Ethan Hawke en una misma película de drama histórico nórdico dirigida por Eggers, este proyecto ya sonaba prometedor. De un presupuesto de entre 70-90 millones de dólares, con paisajes espectaculares que contrastan entre lo visceral y violento de sus escenarios, el director norteamericano creó lo que podría ser su producción más digerible para el público mainstream, pero también la más grande y ambiciosa.
Con escenas secuencia que logran capturar cruelmente las violentas invasiones y violaciones constantes de la vida de miles de familias, pues vemos como los reinados en ese lado del mundo durante esa época fueron brutales. Eso, abrazando el tema de los simbolismos, la espiritualidad coqueteando peligrosamente con la magia negra, creando una perfecta historia de venganza que solamente quiere ver arder a sus enemigos.
La historia de un príncipe que está ad portas de abrir su camino hacia la adultez, evidenciando como su tío asesina a su padre y rapta a su madre, para después exiliarse de su reino. Todo esto, para mostrarnos a un fornido y sediento de sangre guerrero, que se infiltra como esclavo en el reino de su tío. ¿Su misión? Masacrar su legado de traición, y arrancarle el corazón.
De alguna manera, esta trama revisitada logra tener un nuevo aire con los giros argumentales y trama que Robert enriqueció con ambientaciones que juegan entre lo gótico y mitológico, logrando un hermoso uso de su paleta de colores favoritas. Es un bello equilibrio entre lo mostrado en The Witch y The Lighthouse, creando un imaginario artístico único y original.
Los transcursos y peleas son recreadas con una propuesta que busca mostrar la bestialidad de los combates, mientras reflexiones sobre la transcendencia y el alma van entregando respuestas inevitables, las cuales desencadenan una historia de odio que de alguna manera encuentra su luz en su percepción. Es una descripción sublime de lo que los personajes viven, revelan y descubren en este viaje que contiene de las fotografías más hermosas de este año.
Dentro de las temáticas que anteriormente Robert había probado- dándole un cierto de renacer de este cine de suspenso de la vieja escuela- ahora se adentró en un tipo de narrativa que tiene muy bien documentada la cultura vikinga y sus creencias, permitiendo que las escapadas surrealistas que se recrean formen parte de la realidad. Y si bien, a ratos el guion puede parecer justo y preciso- con no tanta profundidad y más directo- pues la película se explica visualmente más que otra cosa, con detalles totalmente puestos y una imaginación acertada de la cultura mágica de esta etapa de la historia.
Sin ir más allá – y también dejar un espacio para que la gente pueda ver esto con sus propios ojos- The Northman es una película que merece ser presenciada como se debe, en una pantalla grande, porque debe tener de las historias más entretenidas que Robert Eggers ha dirigido, dejando soltarse frente a la espectacularidad, pero sin perder su estilo único con el cual ha encantando a los fanáticos del cine en la actualidad.
Pablo Rebolledo Bañados.
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