Con un Estadio Monumental que de a poco comenzaba a llenarse, la primera cita del festival Stgo Rock City dio la bienvenida a una de las bandas de rock que tenía una deuda pendiente con Chile: The Who. Los británicos arribaron al escenario entonando a todo volumen “I Can’t Explain”, dando el puntapié inicial a un recital que más que histórico, fue absolutamente legendario.

Con un público formado tanto por personas maduras como jóvenes, el recorrido por los más de cincuenta años de la agrupación fue algo sencillamente notable. Clásicos como “The Seeker”, “Baba O’Riley” y “Who Are You” hicieron vibrar a todo el recinto. Y es que no fue un simple concierto, sino que se podría definir como una cátedra de la historia del rock.

Todos los asistentes fueron transportados por sonidos que en los años 60’ y 70’ marcaron época. Desde abuelitos hasta niños pudieron disfrutar de la calidad de músicos que se subieron al escenario, y que pese a tener más de 70 años en el cuerpo, siguen vigentes y tienen la capacidad de hacer retumbar un estadio completo.

El guitarrista Pete Townshend emocionó a todos con sus impecables solos de guitarra, por otra parte, Roger Daltrey demostró que aún tiene una capacidad vocal sorprendente. Éste último aún es capaz de alcanzar tonos altos, sobre todo en el emblemático grito de “Won’t Get Fool Again”, lo cual se condecoró como un momento emocionante para todos los asistentes.

Esta jornada histórica repaso por lo mejor que The Who ha presentado en su larga trayectoria por los escenarios. Verdaderos himnos del rock como “My Generation”, “Behind Blue Eyes” o “Pinball Wizard”; sonaron con una calidad impecable, y una puesta en escena que demostró que, pese al paso del tiempo, los músicos aún se mantienen activos. Una experiencia única en nuestro país, que probablemente no se repita nunca más. Un verdadero lujo para los que pudieron presenciar en vivo a tan emblemática banda.

Luego, vino el show de Guns N’ Roses, banda que se presentó por quinta vez en Chile, y que ahora con tres de sus miembros originales: Axl Rose, Duff McKagan y Slash. Repitiendo bastante la fórmula que los llevó al Nacional el año pasado, los estadounidenses realizaron un show que contaba con pirotecnia, contantes cambios de ropa por parte del frontman y un repaso por los mayores éxitos de la banda más peligrosa del planeta.

Pero pese a las similitudes que tuvieron con su anterior visita a Chile, esta presentación fue ampliada con más canciones en el repertorio, en donde destacaron covers de AC/DC (“Whole Lotta Rosie”), James Brown (“I Feel Good”) y un tributo a Chris Cornell con “Black Hole sun.” Tal vez su set fue un exceso para algunos, pero esta presentación estaba hecha para alegrar a los fanáticos.

Axl demostró que, pese a su deterioro físico, se mueve bien de un lado a otro en el escenario, en las más de tres horas de concierto, y con una voz que pese a algunos momentos en los que desafina, aún es un vozarrón potente que emociona al público. Por otro lado, el guitarrista Slash demostró nuevamente lo que mejor sabe hacer: tocar excelente. Sus legendarios solos de guitarra hicieron vibrar a un público que lo esperaba con ansias.

Al final, esta legendaria cita reunió a dos grandes exponentes del rock, pero había algo maravilloso dentro del público, puesto que por un lado había personas más aduras esperando a The Who, no hubo separación al momento de que todos disfrutaran del espectáculo. Esta histórica presentación transportó a muchos a su juventud, y otros la recordarán por años. Fue una instancia que unió a la gente de todas las edades por una sola y gran pasión: el rock.

Por Esteban Brito