Thor Ragnarok (2017): el Dios del Trueno se puso divertido

Dirigida por Taika Waititi

Mié 08 noviembre, 2017 - Diego Montanari
Etiquetas: Chris Hemsworth Esteban Brito Quinlan Taika Waititi Thor Ragnarok

 

 

 

La tercera película del Vengador nórdico es una redención para el personaje, puesto que sus previas aventuras solían ser los filmes más débiles del universo cohesionado de Marvel. Principalmente, esto se debía a que no eran del todo constantes, y de un momento a otro podían ser muy serios, y con comedia forzada. No son malos, pero no eran algo muy destacable. Para el final de la trilogía hay cambios enormes en cuanto al personaje, en el ritmo de la historia, y en lo seria o no que pueda ser la historia; pero estos cambios le vienen como anillo al dedo a la franquicia, y el resultado es sobre todo muy entretenido.

Los cambios drásticos que sufrió Thor vienen de la mano del director neozelandés Taika Wititi, quien dirigió las comedias “What we do in the shadows” (2014) y “The Hunt for the wilder people” (2016). El Dios del Trueno pasó de un drama con ciertos momentos de comedia, a protagonizar un metraje que está casi en su totalidad enfocado en los chistes. Estas modificaciones por muy extrañas que se lean logran un trabajo que tiene un ritmo frenético, y que es completamente divertido de principio a fin.

La historia sigue a Thor (Chris Hemsworth), quien debe salvar a su reino Asgard del Ragnarok, pero también debe enfrentarse a la Diosa de la Muerte Hela (Cate Blanchett), quién pretende gobernar en el trono de la misma ciudad. Pero nuestro héroe cae en un misterioso planeta en donde debe luchar en un torneo de gladiadores para ser liberado. En su viaje se encuentra con un viejo conocido: Hulk (Mark Ruffalo) quien lleva un buen tiempo luchando ahí.

Lo primero a destacar es que la combinación entre el Dios del Trueno y el gigante verde es fantástica. Las personalidades de los dos héroes chocan, y esto saca lo mejor de ambos porque el nuevo enfoque más cómico que se le da a ambos parece sacado de comedias de policías de los ’80. Thor cae mejor, ya que es un personaje menos creído, y Hulk nos importa más, ya que habla bastante, y se mueve mucho más en escena que en cualquier otra película del universo cohesionado.

Probablemente este cambio viene de la mano del éxito que resultó “Guardianes de la galaxia” que presentaba a los protagonistas con mucho más humor, pero con cierto grado de dramatismo. Esto tal vez ha influido para que las realizaciones del estudio se enfoquen más en ser historias entretenidas y con más chiste de por medio.

El color en “Thor Ragnarok” es sensacional. Se amplía mucho la paleta de colores que se ven en pantalla, y ya nada es absolutamente dorado como sucedía en las anteriores cintas del Dios Nórdico. El planeta en donde el protagonista debe luchar contra gladiadores tiene una serie de personajes, armas y lugares que parecen sacados de varios planetas distintos, esto hace que sea una de las locaciones más originales que Marvel ha mostrado en una de sus cintas.

Con respecto a la trama, el conflicto no es ninguna maravilla, pero es lo suficientemente divertido como para darle cabida a esta loca aventura. Lo que más destaca son los personajes y cómo estos interactúan entre sí. Vuelve Loki (Tom Hiddleston) el villano favorito de todos, y también se encuentra Jedd Goldblum como el Gran Meastro, el líder detrás del torneo de gladiadores que resulta ser completamente desenfrenado. Pero lejos el personaje secundario que se roba la película es un luchador de roca Korg, interpretado por el mismísimo Taika Waititi, puesto que está para hacer reír.

Pero no todo es risa ni maravilla en el mundo de Thor, y hay que decir que lo único malo del filme es que algunos de sus efectos especiales en ciertos momentos se ven muy mal. Esto no sucede en la mayoría del filme, pero hay un par de escenas en donde el montaje de los personajes en una locación virtual se nota en demasía, y hay unos fuegos que necesitan un par de revisiones extra. Porque estos momentos realmente te sacan de la película y te hacen decir que se ve “falso”. Esto no arruina la experiencia, pero llama la atención porque el resto de los efectos en el filme son sorprendentes, sobre todo en las batallas.

Thor regresa, y lo hace con un cambio de enfoque más cómico que funciona muy bien. Ragnarok es lejos la mejor película del Dios del Trueno, ya que jamás aburre y es un constante carnaval de acción y chistes. Volver a este protagonista mucho más divertido fue una idea acertada, y juntarlo con Hulk trae resultados impensados. No es la mejor de Marvel del año, pero tiene una propuesta innovadora, y una estética que marcará pauta para lo que el universo de superhéroes tiene por delante.

 

Por Esteban Brito Quinlan

 

 

 

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