Una noche junto a The Rolling Stones

La banda abrió su gira con un gran show en Santiago

Jue 04 febrero, 2016 - Diego Montanari
Etiquetas: Diego Montanari The Rolling Stones

 

Miércoles 3 de febrero de 2016
Estadio Nacional

 

Antes de presenciar el concierto daba la impresión que la banda de rock más longeva no estaba para estos trotes, pero demostraron lo contrario con una maciza presentación en el Estadio Nacional, el mismo lugar en que tocaron hace 21 años atrás. Pero esta vez el escenario era el monstruo colorido del Olé Tour, con dos pantallas gigantes y una pasarela para que Mick Jagger hiciera su propio espectáculo.

Faltaba un poco más de una hora para el show y el reducto de Ñuñoa estaba repleto de gente. Luego de una espera que se hizo eterna para los fans, se apagaban las luces pasadas las 21 horas y los Stones arrancan con una potente Start Me Up, el público todavía podía no respirar y arremeten con It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It) y después nos llevan al pasado con Let’s Spend The Night Together.

Keith Richards y Ronnie Wood empiezan a soltar los dedos con Tumbling Dice y Out Of Control de Bridges to Babylon. Los veteranos del rock hacen una pausa y presentan la canción elegida por el público, la delicada Shes´ a Rainbow de Their Satanic Majesties Request, la cual no tocaban en vivo después de 18 años. En ese momento Jagger agrada al público con chilenizmos y habla de la obtención de la Copa América por parte de la selección chilena.

Charlie Watts le imprime potencia a la batería para avisarnos que viene un clásico como Paint it Black, que no sonó para nada forzado. Para cerrar esta parte del show la banda llama al romanticismo con Wild Horses, y se escucha un coro multitudinario y emocionado.

Richards nos trae el blues de cantina con Honky Tonk Woman de Let It Bleed. Más tarde se le une Wood para hacer algo de la misma línea con la pausada You Got The Silver y la más acelerada Happy. El maestro de ceremonia, Mick Jagger vuelve de un descanso para correr, cantar y desarmar su harmónica en una inesperada Midnight Rambler.

Este espacio rockero se ve interrumpido con la bailable Miss You de Some Girls, en donde el bajista Darryl Jones mostró toda su técnica y ritmo. Los Stones llevam al concierto a su punto más alto en uno de los imperdibles: Gimme Shelter, en donde la potente voz de la corista Sasha Allen le daba el toque de dramatismo a una presentación redonda.

La demoledora intro de guitarra de Jumpin’ Jack Flash y los fuegos artificiales anuncian el final. El escenario se pone de color rojo infierno y las majestades satánicas se despachan Sympathy For The Devil, el show pirotécnico continúa y siguen sin descansar con Brown Sugar del Sticky Fingers.

Para finalizar interpretan la sobrecogedora You Can’t Always Get What You Want junto a un coro de músicos chileno y finalizan con (I Can’t Get No) Satisfaction, la canción que les abrió las puertas de la fama.

Bandas como los Rolling Stones nos demuestran una vez más que el rock no tiene que ver con una cuestión de edad, sino que es una actitud de vida que aún no ha sido del todo extinta. Por otra parte y para finalizar, el set elegido fue muy bueno por que dejó al público conforme y fue una demostración de que los londinenses tienen para rato en los escenarios.

 

 

Por Diego Montanari

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